LA FUGA DE LOS YOGURES
- Antonio de Benito
- 1 feb 2018
- 2 Min. de lectura
LA FUGA DE LOS YOGURES
¿A quién no se le ha caído al fondo del maletero un pack de yogures que se han escapado de la bolsa de la compra? Y si no ha sido dentro del maletero, pues habrá sucedido justo en el momento en el que dejas la bolsa en el suelo, mientras esperas a que baje el ascensor a rescatarte. O, peor, cuando apoyas la bolsa en el descansillo, ya con la llave enfilando la cerradura y te agachas a por los cuatro yogures al tiempo que la oportuna vecina de enfrente te da con retintín las buenas tardes y piensa con sorpresa: “anda, si son HaZendado (por no poner marcas). Aunque lleve corbata, compramos en el mismo súper”. Y es entonces cuando piensas que sería mejor tomar más fruta natural y menos postres envasados. También se te pasa por la cabeza que siempre te falta una mísera bolsa, que pidas cuantas bolsas pidas algo va a continuar saliéndose de ellas. Te prometes que la próxima vez haces “pedido” y que te lo lleven a casa.
A continuación, toca colocar la compra en su lugar –o casi–, meter en la gran bolsa de plástico de la terraza las ocho bolsas que contenían la mercancía –porque a veces se debería denominar mercancía peligrosa–, colocar los cartones de los yogures y demás embalajes de papel en la bolsa del papel –que también es de papel–, y cuando está todo listo, te abres un yogur desnatado, edulcorado, con isoflavonas de soja más aloe vera y con trozos de frutas silvestres y aromas del caribe con regusto a maderas nobles. Te sientas enfrente de la televisión de la cocina, la conectas y te das cuenta que no eres el más desgraciado del universo, ni siquiera de tu barrio. Y al son de alguna bomba en Afganistán, la eterna penumbra de Gaza, los aspavientos de algún político semiexiliado, el crimen de género del día (que podían invertir el orden y pegarse el tiro ellos antes de matar a su amiga o pareja), el accidente de tráfico del momento, el chisme de la salida de CR0 del Madrid (porque el siete ya no es ni de lejos), que si la canción de eurovisión de este año es un pacto para seguir siendo fieles al Boss, incluso a Fito o Sidecars (como en los yogures, para gustos pero que contengan yogur)… poco a poco vas olvidando la repetida historia del pack de yogures, escapados de la bolsa, fugados, tal vez reivindicando menos colorantes, acidulantes, etiquetas y envoltorios innecesarios –“¡que solo somos yogures!”–me susurran.
A quienes hayan sonreído al leer la primera pregunta del texto, paciencia y maña; si son de los que todavía no han sufrido la fuga de los yogures, ya saben que, cuando suceda, no deben enfadarse, hay cosas peores. Si de verdad quieren olvidarlo inmediatamente, hagan como una amiga mía, relájense pelando patatas y cocinen una deliciosa tortilla, que no suele fugarse y, además, se lo agradecerán.
suele fugarse y, además, se lo agradecerán.
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